jueves, 20 de noviembre de 2014

Los cultos del Pacífico Sur (II)


Nosotros, los occidentales, estamos tentados a considerar esa actividad como una curiosa aberración, una manifestación propia de una mentalidad puramente primitiva, una muestra del tipo de ignorancia que hemos dejado atrás hace ya mucho tiempo. Esa conducta, pensamos, es totalmente ajena a nosotros, simplemente una prueba más de nuestra superioridad, la perfecta justificación de nuestros intentos de mantener a los pueblos primitivos bajo tutelaje y someterlos a  nuestra forma de vida en lo económico y en lo político. Sería una gran equivocación considerar a los participantes en los Cultos de la Carga como niños, incapaces de cuidare de sí mismos y necesitados de nosotros para llevarles la razón, la ciencia, la eficacia y el progreso. Una comprensión fiel y verdadera de la mentalidad Cargo puede decirnos muchas cosas sobre nosotros mismos. 
Nosotros, los occidentales, nos engañamos creyendo que somos extremadamente científicos y razonables, que no tenemos mitos, Pero ése es precisamente uno de nuestros grandes mitos. pensamos que somos gente objetiva y lógica, pero vivimos inmersos en una enorme cantidad de mitología Yo diría que nuestra mitología occidental no es fundamentalmente distinta de la del Culto a la Carga, aunque si más compleja y sofisticada. 
Nosotros los accidentales vivimos rodeados de grandes mitos, que posiblemente serían, vistos por una civilización más avanzada que la nuestra, tan primitivos y raros como los mitos de los "Cargo Cults" pueden parecernos a nosotros. Sólo que no nos damos cuenta de ello. ¿Hay, realmente, mucha diferencia entre "kago" y la llegada de la buena vida que se nos promete en nuestra fabulosa y moderna publicidad destinada al consumidor? 
Nosotros, los norteamericanos, tenemos que mantenernos ocupados y consumiendo. Lo peor que se puede hacer en Estados Unidos es mantenerse en el pasado cuando el futuro está explosionando en nuestro interior todo el tiempo, en forma de nuevos automóviles, nuevas modas, nuevos diseños, nuevas casas y estilos de vida nuevos. Lo que antes nos parecía satisfactorio, ahora, de repente, descubrimos que es inadecuado, obsoleto. Hay una urgente necesidad de nuevas actitudes, una demanda de una nueva visión de las cosas, un modo totalmente nuevo de hacer las cosas, porque de repente nos invade el sentimiento de que las cosas se alejan de nosotros y que si no llegamos rápidamente con nuevas ideas, si no consumimos pronto los nuevos productos, vamos a quedarnos atrás. La buena vida, la "kago" de la Norteamérica moderna, no llegará a nosotros.
Consecuentemente, es común a todos los movimientos del tipo "Cargo Cult" una necesidad de repudiar bruscamente todo lo viejo. Esto es lo que los melanesios hacen cuando destruyen todas sus posesiones mundanas. Esto es, también, lo que está ocurriendo en la China moderna, donde se afirma que las únicas creencias de valor son las de Mao Tse-tung y los jóvenes revolucionarios atacan de modo sistemático todo lo antiguo, Igualmente está sucediendo en Estados Unidos, donde imaginamos la existencia de un Gran Cañón entre los mayores de veintiséis años y los más jóvenes, donde nosotros, la gente mayor, creemos  que los más jóvenes están dispuestos a arrojar al océano todo lo que reciben de nosotros. Como en el Black Power, que repudia la no-violencia de Martin Luther King, Jr., es decir, de los medios políticos liberales o moderados normales para arreglar las cosas. El Poder Negro, en su forma extrema busca desacreditar todo compromiso, todos los medios antiguos de ver y actuar. 
O bien, aceptamos las obras enteras, el mensaje total, de los "Cargo Cults", o perecemos con el pasado repudiado. Se nos destruirá como irrelevantes y obsoletos. O lo tomamos o lo dejamos. 

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